Bailar con música
en directo es de esas cosas que hace que a las bailarinas se nos iluminen los
ojillos de entusiasmo. En nuestra vida como Tribu habíamos tenido oportunidad
de hacerlo en contadas ocasiones y siempre improvisadas: unas darbukas en el
decorado que alguien se arranca a tocar, un amigo que aparece después de una
actuación y nos acompaña… Pero siempre dejándonos con ganas de más e intentando
cuadrar agendas y horarios imposibles, hasta que desistíamos.
Como las mejores circunstancias suelen surgir por sorpresa, a finales de verano Lara nos contó que
igual, quizá, a lo mejor, había algún músico dispuesto a hacer algo bonito con
nosotras. Reconozco que no quisimos creerlo del todo. Más veces lo habíamos
intentado y otras tantas no se había podido conseguir. Además, estábamos inmersas en la locura del
mes de agosto, había cursos, haflas y actuaciones por preparar, y la idea de
meternos en otro lío más nos tentaba y nos espantaba a partes iguales.
Pero por fin un
día resultó que teníamos fecha, lugar y músicos… Y una felicidad que no cabía
en nuestros cuerpecitos. Un par de ensayos para conocernos, alguien que está
allí de casualidad y se une al grupo con sus mil instrumentos, otro que llega
por sorpresa y le da el toque definitivo
al conjunto…
La Cuadra 1331
es un lugar especial, y la noche era tan cálida que pudimos bailar en el patio,
aún más mágico si cabe. El local se llenó de tribaleras, de amigos, de
desconocidos que nos veían por primera vez e incluso se animaron a bailar la
última con nosotras.
Empezamos con el
saludo tribal, algo que hacemos siempre que podemos porque nos conecta y llena
nuestros corazones. Después algo lento, un poco más de percusión… Y bailamos,
bailamos, bailamos, bailamos… ¡¡¡Hasta estar agotadas y sentir que los brazos
se caerían al suelo, y aún así, queríamos seguir bailando!!! Borrachas de danza y de tribal como suele
sucedernos, pero más aún en esta ocasión, atrapadas por la música, improvisándolo
todo con un guiño y una sonrisa, más ATS® que nunca.
A nosotras ya
nos conocéis de sobra, pero fueron ellos los que hicieron que la noche se
llenara de música y de magia. En la foto, de izquierda a derecha:
Luis Miguel Sanz
Mayo, un verdadero lujo que las notas de su viola de gamba nos acompañaran, y
un encanto de persona que nos ha cautivado.
Brian Bufón, un
placer contar con su presencia, sus instrumentos, su creatividad y sus chilabas
;)
Jontxu, sin el que
nada de esto habría sido posible, y que nos dio la oportunidad única de tribalear
al son de una txalaparta :D
Camuflada entre
Lara y Chayo, Patri García, ¡qué mujer y qué talentazo, qué maravilla de flauta
y de percusión!
Gracias a todos,
de corazón.
Y a quienes vinieron
a arroparnos esa noche, a La Cuadra 1331 por acogernos en un espacio tan
maravilloso, a Noelia por las fotos… ¡Fue una estupenda despedida del verano!
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