Fue un espectáculo ameno y
divertido, con un monologuista, una violinista, un grupo de flamenco… ¡La sala
se llenó enseguida (incluso con gente de pie), y lo mejor es que las huchitas
de la AECC
también!
Acatarradas, mocosas y con un
tirón lumbar que Lara consiguió relajar a tiempo (qué susto, mare), salimos a
bailar. Gracias a las chicas de flamenco que nos prestaron su magnesio para las
zapatillas, porque de lo contrario creo que nos hubiéramos lanzado contra la
primera fila de espectadores como si fuera una partida de bolos. ¡Cómo
resbalaba aquel suelo! Un parquet antiguo y pulido, precioso. Como la sala del
Casino, que es una maravilla vintage. ¡Pero podíamos haber hecho patinaje
artístico en vez de danza tribal!. Por suerte, con el magnesio y un poco de
equilibrio, sobrevivimos.
Parte de la magia del ATS®, al
menos para mí, reside en la tranquilidad que aporta la improvisación. Confío
plenamente en mi Tribu, y cuando ellas lideran es cuando consigo sonreír y
disfrutar plenamente. Del mismo modo que sé que me siguen a mí, que aunque no
las vea sé que están ahí detrás, bailando y siguiendo mis pasos con la mejor de
sus sonrisas. Y creo que el público lo nota. Un crítico muy exigente me dijo
ese día que lucimos y transmitimos mucho más en directo que en los vídeos, de
lo cual me alegro infinitamente.
Gracias a la AECC por confiar en nosotras,
a nuestras simpatiquísimas compañeras de camerino, a los amigos y familiares
que acudieron a vernos, y sobre todo, a todos esos espectadores desconocidos,
que nos descubrían por primera vez, cuyas sonrisas y aplausos sinceros han sido
nuestro mejor regalo esta Navidad. Porque como decía el villancico con el que
terminamos: All I want for Christmas is you!
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Fotos de Cristina Neria (El Bierzo Digital).
